
Monterrey.- Una mujer defendió la decisión que tomó de no reclamarle a su esposo su infidelidad con el objetivo de lograr que le comprara una casa.
Karina González, originaria de Monterrey, narró en una «stroytime» su anécdota y señaló que decidió hacer a un lado su «dignidad» a cambio de un objetivo, sin embargo, sorprendió con el desenlace de su historia.
La protagonista dijo que en el 2016 tras un matrimonio problemático se regresó de Campeche en donde vivía con su esposo y sus tres hijos a Monterrey.
La pareja aún seguía casada y el hombre viajaba a la «Sultana del Norte» para visitar a su esposa e hijos.
En un momento, la mujer que estaba viviendo con sus padres, pidió a su aún esposo que le comprara una casa. Tras encontrar donde vivir, el hombre dio un enganche al propietario, dejando pendiente el resto del pago.
De esta forma en abril la mujer se cambió a vivir a esta casa, misma que aún quedaba pendiente de liquidar.
Sin embargo, en el mes de julio se enteró que su pareja salía con otra mujer que conoció en Houston, misma que presentó como novia a sus papás en Campeche.
A diferencia de otras mujeres que pudieron reclamar la infidelidad, Karina decidió ser más inteligente y no reprocharle el engaño a su esposo, esto con el único fin de que el hombre no desistiera del pago total de la casa y ella no tuviera que salirse de ahí.
Fueron dos meses en que la mujer permaneció en silencio, eso sí, enojada y con la sangre hirviendo, sintiéndose humillada.
«Prefiero tener mi dignidad unos meses en el piso y estar viviendo en mi casa a estar viviendo en la pi.. calle pero con la dignidad en alto», dijo la mujer ante las posibles críticas.
Finalmente, la mujer encaró a su esposo y le advirtió que si no terminaba la relación con la chica de Houston, iba a meter los papeles de divorcio y se olvidaba de ella.
Y así fue, el hombre terminó la relación con la otra mujer y regresó muy «cariñoso» con su esposa.
En noviembre el hombre terminó de pagar la casa y en diciembre la mujer se divorció de él.
«Y me quedé con mi casa pagada, ¿entonces díganme si ahorita me importa que me haya sido infiel? No, porque mi casa nadie me la quita», dijo Karina entre risas.
Tras viralizarse la historia de la regiomontana, dijo que no se arrepiente de lo que hizo, aunque aclaro que no es algo de lo que se sienta orgullosa para alardear que se quedó con la casa. Y reiteró que haría las cosas de la misma manera por ella y por sus hijos, porque en ese matrimonio aguantó mucho.
Han pasado seis años en los que su expareja no forma parte de la vida de sus hijos, porque no ha querido, así como tampoco ha dado la pensión alimenticia porque se declaró como incompetente para solventar su irresponsabilidad.
Con información de @Info7